12/8/11

Crisis Económica (III): el nucleo y las operaciones en corto.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha acordado hoy "prohibir de forma cautelar con efectos inmediatos" operaciones sobre valores o instrumentos financieros "que supongan la constitución o incremento de posiciones cortas sobre acciones españolas del sector financiero".

La Autoridad Europea de Valores Financieros (ESMA) informó hoy de que las ventas en corto al descubierto se van a prohibir en Francia, España, Italia y Bélgica a partir de este en un intento por frenar los "falsos rumores" que están desestabilizando los mercados.

En una nota de prensa, la CNMV señala que la situación de "extrema volatilidad" en los mercados de valores europeos, en especial las cotizaciones de acciones de entidades financieras, "está incidiendo de forma clara en la estabilidad de los mercados y puede perturbar su ordenado funcionamiento".
Por este motivo, añade, "resulta preciso revisar la operativa de los mercados de valores con el fin de asegurar el mantenimiento de la estabilidad financiera".
En consonancia con las medidas similares que otros supervisores europeos impulsan la CNMV ha acordado esta prohibición con carácter transitorio y al amparo del artículo 85.2 j de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores (LMV).
La prohibición, de carácter transitorio durante 15 días y que podrá ser prorrogada si se considera necesario, afectará a cualquier persona física o jurídica que lleven a cabo operaciones "que supongan la constitución o incremento de posiciones cortas sobre acciones españolas del sector financiero".

La prohibición cautelar afecta a cualquier operación sobre acciones o índices, incluyendo operaciones de contado, derivados en mercados organizados o derivados OTC, que suponga crear una posición corta neta o aumentar una preexistente, aunque sea de forma intradiaria, señala la CNMV.
"Se entenderá por posición corta aquella que resulte en una exposición económica positiva ante una caída del precio de la acción".
Se excluyen de la prohibición cautelar las operaciones que sean realizadas por entidades que desarrollen funciones de creación de mercado, entendiéndose por tales las entidades financieras o empresas de servicios de inversión que, como respuesta a órdenes de clientes o como resultado de cotizar precios de oferta y demanda de forma continua en su condición de miembros de mercados secundarios oficiales, incurran transitoriamente, especialmente intradía, en posiciones cortas.

Vamos, que dicho de otra manera para su mejor comprensión sería tal como que, «la situación de extrema volatilidad que atraviesan los mercados de valores europeos, en especial las cotizaciones de acciones de entidades financieras, está incidiendo de forma clara en la estabilidad de los mercados y puede perturbar su ordenado funcionamiento. En estas condiciones, resulta preciso revisar la operativa de los mercados de valores con el fin de asegurar la estabilidad financiera», afirmó ayer la CNMV en una comunicado.
El regulador español de la bolsa y los mercados de valores precisó que la medida se enmarca dentro de un acuerdo europeo y afectará a las empresas financieras cotizadas. «Se entenderá por posición corta aquella que resulte en una exposición económica positiva ante una caída del precio de la acción», precisó el organismo.

En la práctica, esto significa que se prohibirá apostar a que el precio del activo va a caer. Existen varias formas de abrir posiciones cortas. Pero la mas frecuente consiste en alquilar unas acciones, venderlas y esperar a que su precio caiga en el mercado, posteriormente se recompran y se devuelven al arrendador. La diferencia es el beneficio.
Se trata de una medida extraordinaria para frenar la ola de especulación que amenaza a las bolsas de la zona euro. Ayer, los mercados se salvaron de las pérdidas tras cerca de once días seguidos a la baja.


MERCADO EMOCIONAL
Por eso, la socorrida imagen de la montaña rusa para explicar el comportamiento de los inversores empieza a quedarse corta. «El mercado es emocional: no solo no es siempre racional, sino que la mayoría de las veces es irracional, sobre todo cuando el miedo campa libremente», como acierta a explicar Miguel Ángel Rodríguez, analista asociado a XTB. Un buen dato de paro en Estados Unidos salvó ayer una nueva jornada de pánico, en que las bolsas dieron todo tipo de tumbos. Pero bien podría haber acabado de otra forma, porque la sensibilidad sigue siendo extrema.



Las mercados de renta variable abrieron con ansias compradoras, ya que las fuertes caídas de los últimos días hacían que hubiera muchos valores a precio de ganga. Pero los ánimos se torcieron rápidamente, en cuanto se difundió el rumor de que un banco asiático estaba cortando sus líneas de crédito a un gran banco francés y que otras cinco entidades lo estaban estudiando.
Apenas 24 horas después del cataclismo que causó la infundada habladuría de que Francia podría perder su máxima calificación crediticia, el nuevo rumor provocó una caída a plomo de los bancos franceses. Particularmente de las acciones de Société Générale, el banco sobre el que hay más sospechas, por más que el Banco de Francia y la Comisión Nacional del Mercado de Valores defendieran su solidez y calificaran las sospechas de «infundadas».

El desplome de la banca arrastró a la bolsa gala, y esta caída, a su vez, se contagió a toda Europa. Así, el Ibex 35 se volvió a subir en el Dragon Kahn por cuarto día consecutivo: comenzó subiendo cerca del 3,9%, pasó a ceder más del 2,5%, para luego volver a darse la vuelta y cerrar con un alza del 3,56%, hasta los 8.249,4 puntos. Se trata de la primera subida tras nueve sesiones en rojo, de la primera de este agosto aciago y de la segunda mayor del año, tras la del 12 de enero. Con todo, el selectivo sigue acumulando una caída en el año de más del 16%.


REUNIÓN MERKEL-SARKOZY
La situación empezó a mejorar cuando comenzó a circular el rumor que por la noche se confirmó de las medidas contra la especulación. Más importante aún fue el anuncio de que, por fin, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibirá el martes a la cancillera alemana, Angela Merkel, para debatir sobre una posible reforma de la gobernanza de la zona euro. El mercado lo interpretó como un primer paso hacia la respuesta definitiva y contundente a los problemas de la deuda europea que llevan reclamando desde hace más de un año.
Con todo, lo que realmente hizo cambiar el semblante de los inversores fue el dato de solicitudes de desempleo en EEUU durante la semana pasada, mucho mejor de lo esperado -395.000, frente a las 405.000 previstas- e hizo disiparse un tanto el fantasma de una recaída de ese país.
Algunos analistas comienzan a percibir síntomas de estabilización. «Estamos viendo como se aposenta el polvo levantado en los últimos días. La decisión de la Reserva Federal de mantener los tipos bajos hasta el 2013, algo que no había hecho nunca, transmite determinación», dice Rodríguez, el analista de XTB.
Con todo, la situación sigue siendo delicada, como prueba que el oro -el valor refugio por antonomasia- superase ayer por primera vez los 1.800 dólares por onza, si bien luego cerró en los 1.760 dólares. Y donde la situación no para de mejorar es en las primas de riesgo, gracias a que este mercado está prácticamente intervenido por las compras del BCE.

11/8/11

Crisis Económica (II): quienes se ocultan tras los "MERCADOS".

La verdad es que, en la masacre bursátil de Wall Street del jueves, los brókers consultados en Bloomberg y CNBC citaron como desencadenantes del pánico bursátil el miedo a un double dip —recaída en la recesión— así como el contagio desde la crisis de solvencia en la zona euro. Ninguno comentó que son dos caras de la misma moneda.

Tanto en EE.UU. como Europa, tras meses exigiendo más austeridad, los mercados empiezan a conocer el peligro de conseguir lo que quieren. Hay claros indicios de que los ajustes están frenando en seco a la economía occidental con consecuencias imprevisibles para la sostenibilidad de la deuda. "Los inversores empiezan a darse cuenta de que la austeridad sin más es un camino equivocado; que la hoja de ruta a la solvencia pasa por el crecimiento", advirtió el biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky .



La ironía es especialmente llamativa en la zona euro. Más al estilo del Mercader de Venecia que de la, tantas veces citada, tragedia griega,los líderes europeos vienen entregando obedientemente su libra de carne humana a los mercados de bonos con duras políticas de austeridad que han mutilado la demanda interna en todas las economías de la periferia. Ahora los mercados empiezan a ver el esqueleto y el susto es aún mayor que cuando la queja era la excesiva grasa de los PIGS.

El bajo crecimiento ya es el temor número uno en los mercados de deuda y las agencias de rating. Tras dedicarse durante meses a pedir recortes de gasto y salarios, Standard& Poor´s ahora se muestra alarmado por "una serie de nuevas señales de debilidad que generan cuestiones sobre las expectativas de crecimiento en la zona euro", Basta con ver el estado de las economías periféricas tras año y medio de ajustes para entender el problema. Grecia ha perdido más del 10% del PIB en dos años y sigue cayendo. Portugal perderá 5 puntos de PIB este año y el próximo. Irlanda sólo crecerá un 0,75% este año tras una caída del PIB del 20% desde el 2009. España e Italia se estancan; crecieron un raquítico 0,2 y 0,3%, respectivamente, en el segundo trimestre.

Al otro lado del Atlántico, mientras los fundamentalistas fiscales de Tea Party afilan sus propios cuchillos, crecen los indicios de estancamiento en la economía estadounidense tras descensos de la producción industrial y la confianza del consumidor. Aunque el empleo se mantiene, en un momento de desapalancamiento endémico que merma tanto el consumo como la inversión, no hay expectativas de crecimiento robusto en EE.UU. "El riesgo de double dip no es el escenario más probable, pero el crecimiento será muy bajo", advirtió Paul Dales de Capital Economics. Y, como advierte Larry Summers, el ex gurú económico de la Administración Obama, la forma mas rápida para agravar la crisis de endeudamiento en Occidente y Japón sería permitir que las economías volviesen a estancarse.

Es la paradoja de la austeridad. Los ajustes fiscales y salariales dañan el crecimiento. Y, sin crecimiento, bajan los ingresos tributarios y suben los costes del paro. "Tras un año de ajustes estamos ya en el segundo bache y puede ser una recesión; esto va a empeorar la crisis fiscal", dice Heiner Flassbeck, economista jefe de la Unctad. Recortes del gasto público y de salarios han hundido la demanda interna en la periferia europea. Sin compras, no hay ingresos por IVA. Sin trabajo, no hay recaudación de impuestos sobre la renta.

Y, evidentemente, si la austeridad ocurre en varios países simultáneamente deja menos mercados de exportación. Portugal, por ejemplo, ya adentrándose en su duro programa de ajuste equivalente al 1% del PIB difícilmente puede cumplir con la consigna del FMI de buscar un motor de crecimiento en el exterior si el 40% de sus exportaciones iban a España. España, a su vez, está cumpliendo disciplinadamente con los requisitos del manual ortodoxo de devaluación interna, compensando la caída de su demanda interna con subidas de exportaciones del 10% frente a la media del 2007.
Pero con indicios de desaceleración en el Reino Unido, Estados Unidos, Italia, y hasta Alemania, donde la producción industrial cayó el 1,1% en junio, la salida de emergencia por la vía de exportaciones es cada vez más angosta y se atasca con otros pasajeros. "Los mercados son mas listos que los políticos", dice Flassbeck. "Saben que una segunda recesión agravará la crisis de deuda".

Sólo el BCE —un prestamista más despiadado que Shylock— parece seguir creyendo que la austeridad por sí sola acabará con esta crisis. Según Bloomberg, la chocante negativa a comprar bonos italianos y españoles para bajar las desorbitadas primas de riesgo se debe a que el banco central "quiere ver más medidas de austeridad". Esto pese a que, según economistas del pedigrí de Wim Buiter de Citigroup y Barry Eichengreen de Berkeley, el banco central comete el error de comprar deuda portuguesa e irlandesa que "va a tener que reestructurarse en cualquier caso", en lugar de actuar ya para prevenir una desastrosa reestructuración de la deuda italiana o española.
Pasa lo mismo en EE.UU. Summers calcula que una reducción media de medio punto anual en el crecimiento económico durante diez años añade más de un billón de dólares a la deuda nacional". El problema no es el déficit público en sí, sostiene, sino "un déficit de crecimiento y empleo". Según el informe Liscio Report, la recaudación de impuestos en los estados que analiza ha caído 35 puntos porcentuales desde junio del 2010. Es más, la turbulencia bursátil puede tener un impacto significativo, ya que el consumo en esta recuperación tan desigual tira de los asalariados de renta alta que son los que más invierten en bolsa. Pese a esto, el Congreso acaba de aprobar un plan presupuestario basado en recortes al gasto. Aunque los economistas del Tea Party creen que el déficit del 10% del PIB —y una deuda pública que rebasará el 80% del PIB en el 2013— es la consecuencia de un diabólico Estado federal sobredimensionado, todo indica que es más un fenómeno cíclico relacionado con el bajo crecimiento. "No tuvimos apenas déficit en el 2008, ahora tenemos el 10%, ¿es el resultado de la Seguridad Social o medicare o el bajo crecimiento?", se pregunta Dean Baker de CEPR en Washington.

Pero para los conservadores fiscales lo cíclico ya es estructural. Desde los republicanos que mandan en la Cámara de Representantes en EE.UU. hasta el primer ministro británico, David Cameron, pasando por la canciller alemana, Angela Merkel (sin olvidar el equipo económico de Mariano Rajoy), son partidarios de la tesis de contracción expansiva.
Según esta teoría, la reducción del gasto público crea margen para que el sector privado expanda y genere crecimiento y empleo. Es más, la disciplina fiscal impresiona a los mercados y baja los tipos. Cualquier impacto sobre la demanda interna de la austeridad se corrige mediante subidas de exportaciones.
Es una fórmula que puede funcionar en un solo país. En los noventa, Canadá bajó su deuda mediante políticas de ajuste sin afectar el crecimiento. Pero ahora se está comprobando, tanto en Europa como en EE.UU., que si se adopta la austeridad en todos países a la vez, el efecto es exactamente lo que se pretendía evitar: crecimiento bajo y más deuda.


No, si al final van a tener razon los agoreros de la fatalidad apocalíptica y estamos asistiendo a los primeros compases de la "cronica de un fín anunciado" ...

2012: Ciencia o Superstición - www.libros2012.net - Documental Completo - 2012 science or superstition from www.libros2012.net on Vimeo.

5/8/11

Crisis Económica: la verdad oculta de Alemania (las cartas al descubierto)

Hay que ser muy burro para creer que una mentira se puede sostener a lo largo del tiempo sin que se descubra.

Hay que ser extremadamente corto de miras para creer que tus actos no son observados por nadie, y que puedes obrar libremente sin perjuicio alguno.

No puedo dejar pasar la noticia publicada hoy por el periódico La Vanguardia (firmada por Rafael Poch, que es su corresponsal en Berlín), pues es la primera vez que un rotativo de prestigio se ha decidido a deconstruir el mito alemán.

A continuación reproduzco en su totalidad el artículo del citado periódico junto a los pertinentes LINKS que caracterizan mis artículos.

"Niños, ancianos, parados y emigrantes. En un país en el que las redes de solidaridad familiares son débiles, los más vulnerables están siendo cada vez más abandonados por el Estado, su único recurso. El último aldabonazo lo da un informe de la ONU que afirma que uno de cada cuatro niños acude al colegio sin haber desayunado y pide "medidas concretas" para que "los niños, especialmente de familias pobres, reciban comidas adecuadas".

El informe de la Comisión Económico-Social de la ONU regresa a muchos de los puntos que ya mencionó hace cuatro años: se discrimina a los inmigrantes, deficiente atención a los ancianos, injusticias en el mercado de trabajo y en el régimen de la seguridad social, 2,5 millones de niños viviendo bajo el límite de pobreza y ausencia de un programa efectivo de lucha contra la pobreza.
La reacción del Gobierno ha sido inmediata: "El informe es en gran parte incomprensible y no se apoya en hechos científicos", se queja. "En los últimos años hemos tenido una evolución positiva ampliamente reconocida en el mundo", ha dicho un portavoz del Ministerio de Trabajo. La queja puede tener fundamento en aspectos concretos, pero, en general, el informe coincide, e incluso se queda corto, con lo que afirma otro informe paralelo de veinte organizaciones no gubernamentales –entre ellas Amnistía Internacional y la respetada Unión Humanista– sobre los derechos sociales, económicos y culturales en el país: Alemania, que en su día fue modelo por su boyante Estado social y su relativa nivelación social, se está degradando.

La Agenda 2010 –aprobada en el 2003 y definida por el Frankfurter Allgemeine Zeitung como "el mayor recorte de prestaciones sociales desde 1949"– está claramente en el origen de esta involución. La combinación de la descarga del gasto social con la flexibilización del mercado de trabajo han resultado en un nuevo país en el que una peluquera puede ganar 400 euros y un taxista 900 trabajando doce horas diarias, al nivel de la Europa del sur.
El informe de la ONU elogia las reformas del mercado de trabajo, que han permitido, dice, "el más bajo nivel de paro de los últimos veinte años", ignorando que son precisamente esas reformas, con la ola de precariedad y la liberalización de los salarios basura que han instalado, las que están frecuentemente en el origen de la degradación social.

Una de sus consecuencias ha sido convertir la separación entre empleo y desempleo, antes clara y estricta, en débil y a veces confusa. Oficialmente hay 2,9 millones de parados, pero más de cinco millones –entre ellos muchos subempleados– necesitan la ayuda social para vivir, en muchos casos porque los sueldos no alcanzan. Casi nueve millones de alemanes declaran que desearían trabajar más de lo que trabajan. La precariedad ha introducido en el país una nueva categoría: la del "pobre a pesar de tener trabajo". Uno de cada cinco empleados trabaja por un "salario bajo", es decir, aquel que no alcanza para vivir y que debe ser frecuentemente completado con ayudas sociales.
El éxito en desempleo es relativo, en parte porque la ampliación del trabajo precario es su contrapunto. Un ejemplo es el trabajo temporal subcontratado, por el que una persona es colocada laboralmente por una empresa de trabajo temporal, que se queda a cambio con la mitad o más de su sueldo.

Hasta 1967, el trabajo temporal subcontratado estuvo prohibido en Alemania. En 1972, esta práctica se legalizó, pero sólo se permitía por un periodo de tres meses. En 1985 se amplió a seis meses; en 1994, a nueve, y en 1997, a un año. En el 2002, el Gobierno de socialdemócratas y verdes lo amplió a dos años y en el 2004, lo liberalizó por completo al anular todo plazo.
Actualmente hay cerca de un millón de personas trabajando en ese régimen y ganando como media menos de la mitad del sueldo de un asalariado normal, lo que contribuye a mantener bajos los salarios. Las empresas de subcontratación alemanas movieron el año pasado más de 26.000 millones de euros.
El éxito en desempleo es también relativo porque las cifras, simplemente, se han barrido debajo de la alfombra, mediante cambios en los sistemas de contabilidad de la Agencia Federal de Empleo.
Esta degradación laboral tiene también por contrapunto el aumento de la desigualdad, factor en el que Alemania, como Japón, solía presentar parámetros satisfactorios. Sigue siendo el caso de Japón, no así de Alemania. En los últimos veinte años, mientras los beneficios empresariales crecían sustancialmente, los salarios reales se han quedado estancados al nivel de 1991. El 10% de los ciudadanos posee el 65% de los activos y unos 650.000 alemanes –cerca del 1% de la población activa–, el 25%.

Las repercusiones que estas relaciones laborales y sociales tienen en la moral del trabajo han sido poco estudiadas, pero es obvio que este ya no es el país del cumplimiento, la corrección empresarial y el buen trabajo que era hace veinte o treinta años. Aunque la diferencia general con la Europa del sur sigue siendo abismal, hoy los alemanes descubren con sorpresa que sus trenes no son puntuales en más de un 30% de los casos. Las empresas de telecomunicaciones, por citar un sector muy característico, apenas se diferencian de las españolas en su abuso de la clientela.
Preocupante es la explicación que autores y medios de comunicación ofrecen de esta particular degradación nacional. Mientras la encuesta nacional Deutsche Zustände, de la Universidad de Bielefeld, reporta un sentir general crecientemente hostil hacia los débiles por parte del sector social con ingresos medios y altos, triunfan los charlatanes mediáticos, desde el filósofo Peter Sloterdijk hasta el economista Thilo Sarrazin, que a la hora de buscar culpables apuntan contra la tiranía del Estado social y la fiscalidad, o contra los inmigrantes "genéticamente inferiores".
Aunque en alemania también hay paro, y mucho más del imaginamos, al que se le puede y debe unir, una violencia social soterrada a punto de ebullición (...).